miércoles, 22 de agosto de 2012

Una nueva espiritualidad, las Teólogas feministas hablan.


“Dios ha muerto”, fue una frase del filósofo alemán Nietzche que el movimiento estudiantil del 68, popularizó en la primavera de París. ¿Es cierto que Dios ha muerto? O las personas se han desencantado de las mediaciones de las Iglesias que promulgan la palabra de Dios.
“Dios es mujer y negra”, expresa Eduardo Galeano, rompiendo paradigmas raciales y sexistas sobre Dios.
En todo caso las búsquedas a una espiritualidad alternativa son constantes. Así lo atestiguan mujeres Teólogas, convocadas al  XIV Congreso Latinoamericano sobre religión y etnicidad, realizado en nuestro país.
Las Teólogas feministas compartieron visiones y emociones sobre una espiritualidad “no patriarcal”, que cuestiona las religiones tradicionales católicas y pentecostales, así como los supuestos de la teología de la liberación. Así expresan, que para estas religiones  las sociedades están divididas en clases sociales alta, media y baja o pobres, pero no toma en cuenta otra división fundamental que marca relaciones de poder, tales son las diferencias entre hombres y mujeres. Las teólogas hablaron de los aportes del feminismo en la construcción de una nueva teología y espiritualidad que tome en cuenta a las mujeres, sus cuerpos, pensamientos y sentimientos.
La Teóloga feminista Miriam Gaspar, radicada en El Salvador, nos explica de la existencia de 4 arquetipos de mujeres: El de María, Hera, que significa madre, vientre, reproductora y a ratos controladora. El de Hetera, Venus, que significa la sensualidad, el cuerpo, la belleza, la sexualidad, la Eva. El de la Amazona, guerrera, sobreviviente.  Y el de la sabia, tendiente a la introspección, la poesía, la sensibilidad. Y nos dice que las Iglesias han abordado los paradigmas de Hera y Hetera, pero no el de la Amazona y la sabia y que más bien les teme. Las religiones como la Católica acotan estos paradigmas a que María es el modelo, es virgen y madre y Eva es la pecadora. Siendo que  cada una de nosotras es madre, sabia, hetera, sensual, guerrera. De ahí que las mujeres debemos encontrar nuestro propio centro y descubrir “el pozo de su ser más profundo, que se amisten con su sombra”.
Otra teóloga feminista Ana Leuterman, expuso su investigación sobre como las mujeres mexicanas creyentes y organizadas perciben a Dios. En primer lugar las mujeres rechazan la autoridad ciega de la Biblia y las autoridades y se instalan en la sospecha. Además estas mujeres cuestionan las metáforas masculinas de Dios. Algunas lo perciben como un Dios padre y madre. No conciben a Dios como externo y arriba, sino un “Dios de carne y hueso, Dios en lo cotidiano en los besos y abrazos”.  Este lo perciben en las relaciones y encuentros profundos entre mujeres. Identifican a Dios con el compartir, y colocan a  un Dios de Amor versus un Dios de obediencia. La teóloga planteó que las mujeres han descubierto la divinidad internamente, “descubrir la voz dentro de mí”. Las mujeres indígenas expresan que encuentran a Dios en la naturaleza. Las mujeres se encuentran a Dios por medio del cuerpo. , “han experimentado a Dios en sus genitales, en el orgasmo”. Dios es trascendencia e inmanencia, con relación al cuerpo expresó Leuterman. Y finalizó con que “Los cuerpos enamorados tienen mucho que agregar en la búsqueda de Dios”.

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