jueves, 2 de julio de 2020

MUJERES EN LA SALUD Y SIMBOLISMO SEXISTA



Carmen, médica, tiene la huella de una mordida en su muñeca. La mordida se la hizo su hijo autista a quien tiene que atender después de la consulta médica en un Centro de salud. Jenifer, joven enfermera, que forma parte del equipo que asiste a casos de COVID-19 en el hospital, teme que al llegar a su casa pueda infectar a su esposo e hijxs. Estas mujeres son de las muchas protagonistas silenciosas en la lucha por la salud y la vida durante la pandemia. Sin embargo, en las plataformas virtuales como Facebook, Twitter, etc. la imagen de la lucha contra la pandemia de COVID-19 es la de un médico (hombre) cargando el mundo a sus espaldas. Usualmente los medios de comunicación se refieren a quienes cuidan directamente a las y los enfermos de COVID-19, como el personal de “primera línea de médicos y enfermeras”. Ellos como Don Quijote con su Lanza en ristre contra el virus. Ellos protagónicos, ellas como apoyo. Así las mujeres, en una coyuntura tan importante como la pandemia del COVID-19 somos invisibilizadas en los símbolos y el lenguaje, a pesar de tener una largo camino recorrido en la salud, que parte de las antiguas chamanas y diosas de la curación. Y a pesar que actualmente somos las que asistimos, junto a los hombres a las y los enfermos de COVID-19 en todos sus estadios; como médicas, enfermeras, anestesistas, en la limpieza, amén de la importancia de las psicólogas, las educadoras de la salud, que tienen un papel decisivo en la prevención y contención de la pandemia, y que no se no consideran visibles a la hora de la representación.

Las mujeres existimos en todas las áreas de la vida social y ¿cual es la realidad en nuestro país en relación a la presencia de mujeres en las carreras de la salud?. Según datos del Registro Nacional de las Personas Naturales, un 72% del personal de salud son mujeres un 28% son hombres. La rama de salud que tiene que ver con los cuidados, igual que la de educación, es mayoritariamente femenina. Visto en detalle por ejemplo en la profesión de enfermería el 91.26% son mujeres, el 8.74% son hombres. En la profesión de medicina un 52% son médicos y un 48% son médicas. En las otras carreras como laboratorio clínico, sicología, educador/a de la salud, la mayoría son mujeres. Podríamos decir que en la rama de salud hay una segregación horizontal considerando que existe una enorme base femenina que realiza de muchas maneras el trabajo de cuidados en salud, y muchas veces percibiendo pobres remuneraciones. Según la DIGESTYC, las mujeres ganan $53.00 menos que los hombres.

En relación a los puestos de toma de decisión en la Salud pública, tenemos que en el Ministerio de Salud hay una viceministra de los tres funcionarios directivos. Un 23,33% de los hospitales de MINSAL está jefeado por mujeres, un 76.67% está dirigido por hombres, aquí hay una segregación vertical, en el sentido en que mas hombres que mujeres se ubican en el lugar de la toma de decisiones y posiblemente perciben mejores salarios. Esta relación desfavorable a las mujeres, se revierte claramente en la Dirección del Sistema Nacional Integrado de Salud, SNIS, conformado por instituciones del sector salud como el Ministerio de Salud, el Comando de Sanidad Militar, El Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial, el Instituto Salvadoreño del Seguro Social -ISSS-, FOSALUD, El Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral -ISRI y, el Sistema Nacional de Emergencias, aquí encontramos dirigiendo a 4 mujeres y tres hombres.

La participación de las mujeres en lo relacionado a la salud no debe ser invisibilizada, pues tiene una importancia cuantitativa y cualitativa. Los mejores resultados en cuanto al manejo de la pandemia que se traduce en menor número de infectados y menor número de muertxs por COVID-19, están en algunos países dirigidos por mujeres, tales como: Alemania, Finlandia, Taiwan, Nueva Zelanda, Noruega, Islandia y Dinamarca. ¿Cambiará en los próximos años el imaginario sexista de la representación y las mujeres podremos aparecer a la par de los hombres en los desafíos que están por venir?. Esperemos que sí, la lucha continúa.
Silvia Ethel Matus.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Y SIN EMBARGO EXISTIMOS, LAS MUJERES Y LA PANDEMIA DEL COVID-19.


Los efectos de la Pandemia del Covid-19 no son neutrales ni al sexo, al género, la clase, la raza, ni a la edad, ya sea por sus efectos físicos en la vida de las personas o por los efectos de las medidas tomadas por los gobiernos en la vida de la gente.

Por sus efectos físicos en nuestro país y en general a nivel mundial, el Covid-19 ha afectado más a hombres que a mujeres. Las cifras son evidentes: en El Salvador para esta fecha hay 2109 casos confirmados de contagio, 715 de sexo mujeres, un 34%. En relación a los decesos, la cifra oficial no muestra datos desagregados por sexo, pero se mencionan 8 mujeres fallecidas hasta hace una semana.

La afectación a personas por las medidas tomadas por el gobierno para enfrentar la Pandemia como la reclusión obligada en Centros de contención a población que regresó de un viaje o que ha roto la cuarentena, afectan de manera desigual a mujeres y hombres. Las mujeres muchas veces tienen familia que dependen de ellas, ya sea hijxs o personas con discapacidad o muy ancianas que tienen que dejar de atender por haber sido recluidas en esos centros.

Muchas mujeres en la cuarentena han continuado haciendo el trabajo de cuidados de la familia y el hogar que ya hacían antes de la pandemia, ahora agravada con que tienen que hacer teletrabajo en casa y no cuentan muchas veces con el apoyo de la pareja para los quehaceres del cuidado, una mayor dificultad la encuentran los hogares monomarentales.

En las circunstancias de encierro, los distintos tipos de violencia contra las mujeres pueden recrudecerse en los hogares, hasta llegar al feminicidio. Entre el 7 de marzo y el 21 de mayo de este año, se perpetraron 21 feminicidios según fuentes oficiales .

En el campo laboral, las mujeres ocupan los lugares que el modelo neoliberal les ha asignado, en trabajos precarios, con violación de derechos laborales y en el sector informal sin acceso a ninguna prestación social. El paro de labores obligatorio en la cuarentena, ha afectado a millares de mujeres, que se quedan sin trabajo y sin percibir salario durante meses. Los números pueden ser ilustrativos: de las 64,000 personas empleadas en la maquila, el 62% son mujeres, de las 4,000 personas que trabajan en Call Centers, un 39.6% son mujeres (Mujeres y Mercado Laboral 2019, ORMUSA). Estas mujeres han denunciado. en plena cuarentena, la falta de pago de salarios por parte de sus empleadores. Otro sector afectado es el informal, comercios, restaurantes y hospedajes, muchas veces dirigidos por mujeres.

Enfrentar las desigualdades sociales y de género es una tarea crucial en la pandemia y post pandemia Urge que se aborde y de respuesta a las mujeres que demandan pago de sus salarios de parte de sus empleadores, necesitamos que las mujeres confinadas en Centros de contención regresen a sus hogares a cumplir la cuarentena, que los hogares jefeados por mujeres sean abastecidos con canastas básicas, que se prevenga la violencia contra las mujeres en los centros de contención y población y se brinde la información necesaria para su atención. Que hagamos propuestas para que lo que vemos hoy y lo que viene después, no sea más de lo mismo: una reproducción de la discriminación por clase y por género entre otras. Soñamos en un horizonte distinto de plenitud y dignidad para las mujeres y para todxs. Movilizemos las conciencias.

Silvia Ethel Matus



lunes, 27 de abril de 2020

Poemas de la cuarentena








Señales de alarma 
ambiente de miedo
como ratones atrapados
en el laberinto
corremos
atropellamos
acumulamos
consumimos.
Los cuerpos rehenes 
en recintos malolientes
los altoparlantes reproducen 
desesperanza y sin sentido
la verdad en arresto domiciliar
calladamente la pobreria 
se consume en el gris.
En la ciudad 
silencio y quietud artificial
cultivada por el viejo/
renovado verde olivo.
Mas siempre la esperanza
ojos y oidos vigilantes
resistentes
que la rebeldía sueñe
que no acabe la dicha
que no claudique el deseo
que la maravilla exista.


A LA ORILLA DEL ABISMO.
I.
Campana de silencio que cubre las huellas vitales
los abrazos que no serán
el beso que se estrella contra el vacío
los museos y los teatros yermos
los bares y su murmullante humo
silenciados
y la bota y el grillete
por el que debemos estar agradecidos.
Fieras somos ahora
olfateando el peligro en la llanura
alertas
devorando insomnios
musitando rezos
recordando la vida postergada
los amores idos
lxs hijxs en su transcurrir
la renuncia de los sencillos apegos cotidianos
ralentizamos sueños
somos sombras higienizadas con vapor de olvido
y el deja vú cuando tropiezas con un tanque de guerra
II
¿En esta distopía realizada hay una trampa?
¿Hemos regresado al lugar donde se incubaban
cadenas silenciosas y las
ceremonias del deleite cotidiano
muchas veces las unas sin el otro?.
¿Se trata de volver al tiempo de las ancestras
recluidas mientras el hombre proveía la caza?
Solo sé que manos de mujeres
armadas de crayolas y fantásticos relatos
sosiegan a las crías
besan con ternura sus sienes
conjuran el derrumbe...
mientras todo está en pausa.
III
Incierta mi vida ahora
solo pido que recuerden que mi musa fue la vida
y la palabra mi cómplice.
y no olviden los nombres de las guerreras
con batas blancas o delantales coloridos
detrás de ordenadores
mostradores de supermercados, de
alimentos ventas de verduras y en boticas
Que los siglos venideros revivan sus hazañas
cuando la especie estuvo a la orilla del abismo
cuando soñábamos con esperanza aires de primavera.

 Silvia Ethel Matus Avelar Marzo-Abril 2020

jueves, 23 de abril de 2020

Desobediencia por tu culpa voy a sobrevivir.

Para estos tiempos inciertos donde la amenaza latente ralentiza nuestros sueños, un lúcido e irreverente análisis sobre la pandemia del coronavirus.
María Galindo, feminista Boliviana del Colectivo Mujeres Creando.
Desobediencia por tu culpa voy a sobrevivir.
Tengo coronavirus, porque aunque parece ser que la enfermedad aún no ha entrado por mi cuerpo, gente amada la tiene; porque el coronavirus está atravesando ciudades por las que he pasado en las últimas semanas; porque el coronavirus ha cambiado con un trinar de dedos como si de un milagro, una catástrofe, una tragedia sin remedio se tratara, absolutamente todo. Donde pises está, donde llegas ha llegado antes y nada se puede hoy pensar, ni hacer, sin el coronavirus entre medio. Parece ser que no solo yo tengo coronavirus, sino que lo tenemos todas, todes, todos; todas las instituciones, todos los países, todos los barrios y todas las actividades.
Lo que está claro es que el coronavirus, más que una enfermedad, parece ser una forma de dictadura mundial multigubernamental policíaca y militar.
El coronavirus es un miedo al contagio.
El coronavirus es una orden de confinamiento, por muy absurda que esta sea.
El coronavirus es una orden de distancia, por muy imposible que esta sea.
El coronavirus es un permiso de supresión de todas las libertades que a título de protección se extiende sin derecho a replica, ni cuestionamiento.
El coronavirus es un código de calificación de las llamadas actividades imprescindibles, donde lo único que está permitido es que vayamos a trabajar o que trabajemos en teletrabajo como signo de que estamos viv@s.
El coronavirus es un instrumento que parece efectivo para borrar,minimizar, ocultar o poner entre paréntesis otros problemas sociales y políticos que veníamos conceptualizando. De pronto y por arte de magia desaparecen debajo la alfombra o detrás del gigante.
El coronavirus es la eliminación del espacio social más vital, más democrático y más importante de nuestras vidas como es la calle, ese afuera que virtualmente no debemos atravesar  y que en muchos casos era el único espacio que nos quedaba..
El coronavirus es el dominio de la vida virtual, tienes que estar pegada a una red para comunicarte y saberte en sociedad.
El coronavirus es la militarización de la vida social.
Es lo más parecido a una dictadura donde no hay información, sino en porciones calculadas para producir miedo.
El coronavirus es un arma de destrucción y prohibición, aparentemente legítima, de la protesta social, donde nos dicen que lo más peligroso es juntarnos y reunirnos.
El coronavirus es la restitución del concepto de frontera a su forma más absurda; nos dicen que cerrar una frontera es una medida de seguridad, cuando el coronavirus está dentro y el tal cierre no impide la entrada de un virus microscópico e invisible, sino que impide y clasifica los cuerpos que podrán entrar o salir de las fronteras.
El espacio Schengen, que es desde donde se ha propagado el coronavirus a esta parte del mundo, donde habito, cierra su frontera a la circulación de cuerpos por fuera de ese espacio y cumple por fin el sueño fascista de que l@s otr@s son el peligro.
El coronavirus podría ser el holocausto del siglo XXI para generar un exterminio masivo de personas que morirán y están muriendo, porque sus cuerpos no resisten la enfermedad y los sistemas de salud las, les y los han clasificado bajo una lógica darwiniana como parte de quienes no tienen utilidad y por eso deben morir.
Aparecen los millones de euros de salvataje de sus economías coloniales para solventar alquileres, facturas de servicios, sueldos, cuando a toda esa masa proletarizada se le venía recortando el cielo, diciendo que no había de dónde pagar la deuda social. Ahora que les tienen muertos de miedo, obedientes y recluidos, les premian con el dulce consuelo de que solventarán sus cuentas, después de haber solventado las que importan, que son las de las corporaciones y los Estados.
“Socialistas” como los que gobiernan España, hablan de una guerra que vamos a vencer todos juntos. Les gusta la palabra, creen que sirve para hacer cuerpo y hacer de la enfermedad el supuesto enemigo ideal que nos una. Nada más fascista que declarar una guerra contra la sociedad y contra la democracia aprovechando el miedo a la enfermedad. Nada más fascista que hacer de las casas de la gente sus cárceles de encierro. Nada más neoliberal que proclamar el sálvese quien pueda como solución tutelada.
¿Y qué pasa cuando el coronavirus traspasa la frontera y llega a países como Bolivia?
Empecemos por decir que acá al coronavirus le esperaba ya en la puerta el dengue, que viene matando en el trópico –sin titulares en los periódicos– a las gentes malnutridas, a las wawas, a quienes viven en las zonas suburbanas insalubres. El dengue y el coronavirus se saludaron, a un costado estaba la tuberculosis y el cáncer que en esta parte del mundo son sentencias de muerte.
Los hospitales construidos la mayor parte a inicios el siglo XX con el auge del estaño y posteriormente modernizados, en los años setenta del siglo pasado, con el auge del desarrollismo, son mamotretos que colapsaron hace rato y donde la mala costumbre de curar a la gente siempre pasó por cuánto dinero tienes para pagar los medicamentos, todos importados e impagables.
Entra el coronavirus y llega en aviones, no de turistas, sino de nuestras exiliadas del neoliberalismo que han construido puentes de afecto que hace que vengan a visitar a extraños que llaman hijos, hermanos o padres.
Llegan con regalos y con cuerpos infectados, pero la enfermedad no solo llega en sus cuerpos llega en primera clase también, llega porque tiene que llegar, así de simple. Parece increíble que tengamos que apelar al sentido común y tengamos que decirles que las fronteras no se pueden cerrar, igualito que no se puede poner techo al sol, ni muro a las montañas, ni puertas a la selva.
Llegó por mil lugares, pero fue el cuerpo de una de nuestras exiliadas del neoliberalismo el estigmatizado y maltratado como “la portadora”, aunque ella y no otros hayan sido y sean quienes mantienen a este país. Los parientes de los enfermos se organizan para no dejar que se la hospitalice por el pánico, porque antes de que llegue el coronavirus en un cuerpo, había llegado en forma de miedo, de psicosis colectiva, de instructivo de clasificación, de instructivo de alejamiento.
El orden colonial del mundo nos ha convertido en idiotas que solo podemos repetir y copiar. Privadas y privados de pensar, en el caso boliviano la presidenta decide copiar pedazos del discurso y medidas del presidente de España y leyendo en telepronter lanza un paquete de medidas como si estuviera sentada en Madrid y no en La Paz. Habla de guerra que hay que ganar juntos y de los empresarios con los que concertará y lanza un toque de queda y prohibiciones en colecciones.
Lo único diferente en su discurso es el recurso de la cooperación internacional, la conocida mendicidad en la que nos revolcamos para que nos donen desde barbijos hasta ideas, una vez que les hayan sobrado.
Lo único diferente en su discurso es que acá no hay excedente, ni miles, menos millones de euros con que pagar ninguna cuenta. Acá la sentencia de muerte estaba escrita antes de que el coronavirus llegara en avión de turismo.
Mientras espero una epifanía que nos esclarezca lo que tenemos que hacer y que estoy segura entrara por el cuerpo débil y febril que nos la revelara, mientras me dedico con mis hermanas a desobedecer la prohibición de fabricar gel casero y lo hacemos para vender, porque también tenemos que sobrevivir; mientras rebusco mis libros de medicina ancestral para producir una fricción respiratoria antiviral, como las que hacíamos cuando Mujeres Creando era una farmacia popular en una zona periférica de la ciudad, pienso en el absurdo.
¿Ya que hay toque de queda, quedan prohibid@s de subsistir tod@s quienes viven de trabajar en la noche?
La sociedad boliviana es una sociedad proletarizada, sin salario, sin puestos de trabajo, sin industria, donde la gran masa sobrevive en la calle en un tejido social gigante y desobediente. Ni una sola de las medidas copiadas se ajusta a nuestras condiciones reales de vida, no solo por las deudas, sino por la vida misma. Todas y cada una de esas medidas copiadas de economías que nada tienen que ver con la nuestra, no nos protegen del contagio, sino que nos pretenden privar de formas de subsistencia que son la vida misma.
Nuestra única alternativa real es repensar el contagio.
Cultivar el contagio, exponernos al contagio y desobedecer para sobrevivir.
No se trata de un acto suicida, se trata de sentido común.
Pero quizás en ese sentido común esté todo el sentido más potente que podemos desarrollar.
¿Qué pasa si decidimos preparar nuestros cuerpos para el contagio?
¿Qué pasa si asumimos que nos contagiaremos ciertamente y vamos a partir de esa certidumbre procesando nuestros miedos?
¿qué pasa si ante la absurda, autoritaria e idiota respuesta estatal al coronavirus nos planteamos la autogestión social de la enfermedad, de la debilidad, del dolor, del pensamiento y de la esperanza?
¿Qué pasa si nos burlamos de los cierres de fronteras?
¿Qué pasa si nos organizamos socialmente?
¿Qué pasa si nos preparamos para besar a los muertos y para cuidar a las vivas y los vivos por fuera de prohibiciones, que lo único que están produciendo es el control de nuestro espacio y nuestras vidas?
¿Qué pasa si pasamos del abastecimiento individual a la olla común contagiosa y festiva como tantas veces lo hemos hecho?
Diran una vez mas que estoy loca, y que lo mejor es obedecer el aislamiento, la reclusión, el no contacto y la no contestación de las medidas cuando lo mas probable es que tu, tu amante, tu amiga, tu vecina, o tu madre se contagien.
Diran una vez mas que estoy loca cuando sabemos que en esta sociedad nunca hubo las camas de hospital que necesitamos y que si vamos a sus puertas ahí mismo moriremos rogando.
Sabemos que la gestión de la enfermedad será maormente domiciliaria, preparémonos socialmente para eso.
¿Qué pasa si decidimos desobedecer para sobrevivir?
Necesitamos alimentarnos para esperar la enfermedad y cambiar de dieta para resistir.
Necesitamos buscar a nuestr@s kolliris y fabricar con ellas y ellos esos remedios no farmacéuticos, probar con nuestros cuerpos y explorar qué nos sienta mejor.
Necesitamos coquita para resistir el hambre y harinas de cañahua, de amaranto, sopa de quinua. Todo eso que nos han enseñado a despreciar.
Que la muerte no nos pesque acurrucadas de miedo obedeciendo órdenes idiotas, que nos pesque besándonos, que nos pesque haciendo el amor y no la guerra.
Que nos pesque cantando y abrazándonos, porque el contagio es inminente.
Porque el contagio es como respirar.
No poder respirar es a lo que nos condena el coronavirus, más que por la enfermedad por  la reclusión, la prohibición y la obediencia.
Me viene a la mente Nosferatu que en una inolvidable escena, cuando ya la muerte es inminente y la peste encarnada en ratas ha invadido todo el pueblo, se sientan tod@s en una gran mesa en la plaza a compartir un banquete colectivo de resistencia. Así que nos encuentre el coronavirus, listas para el contagio.

*Integrante de Mujeres Creando
Publicado originalmente en Radio Deseo

jueves, 22 de agosto de 2019

VIOLENCIA Y MISOGINIA EN LAS REDES SOCIALES.




Antecedentes:

La violencia contra las mujeres, que afecta no a una sino a muchas mujeres en el país, tiene un origen histórico.
Aunque no tenemos mucha información de las mujeres en la época precolombina, ya el Monje e historiador Fray Bernardino de Shagún se sorprendía al constatar que en el México ancestral, las mujeres echaban de sus casas a los hombres que las maltrataban y cuando no querían tener un embarazo, las mujeres abortaban. En esa cultura, los hombres educaban a los niños y las mujeres a las niñas equitativamente, según investigaciones antropológicas recientes. Esta cultura sin embargo, fue casi aniquilada por la violenta invasión y colonización española.

En la colonia 1, la mujer, las hijas e hijos, los indígenas y negros estaban sometidos al encomendero y latifundista. El latifundista era el patriarca de la familia. Desde este período colonial, se afincan los estereotipos raciales y sexuales. Considerando a lo blanco y mestizo como la raza superior y a negros e indígenas como razas inferiores. A los hombres como superiores, y a las mujeres, niños y niñas como inferiores. Se estructura una forma de familia patriarcal, en la que el varón es quien ejerce la hegemonía y la mujer debe ser tutelada. Se estructuran así relaciones de poder desigual entre mujeres y hombres. Entre blancos y criollos y los demás: mestizos, indígenas, mulatos, negros y negras. Entre los dueños de latifundios y la mano de obra indígena, mestiza o negra. 2

Según la investigación histórica de Diana Carolina Morán3, desde la Colonia se afinca un prototipo de feminidad-masculinidad, de acuerdo a los cánones eclesiásticos. Estos se manifiestan en estereotipos con características diferenciadas por sexo. Así lo femenino4, se concibe de dos maneras excluyentes. Por un lado está la Mujer mala, que es imperfecta, libre sexualmente, que induce al hombre a pecar y que es pecadora. Por el otro existe la Mujer buena que es: sumisa, dependiente, cariñosa, amorosa, fiel, pura, respetuosa, casta, piadosa, prudente, moderada, y por supuesto inferior. Los roles familiares asignados a las mujeres son las actividades domésticas, las actividades ligadas al cuido de hijas e hijos . Y el rol social de las mujeres consiste en su valor sexual y ser garante del honor de la familia. Su posición es la de mantener el orden social impuesto por la iglesia. Su función principal es la maternidad.

En relación al estereotipo de lo Masculino5, este se expresa en lo autoritario, lo violento, considerarse superior, ser infiel aunque no públicamente (la doble moral), ser libre sexualmente, ser cariñoso, considerarse honorable. El rol familiar que juega es el de jefe de familia el debe castigar o reprender a sus dependientes, gobernar a la familia, ser el proveedor familiar. El rol social que juega debes ser el de mantener el orden social impuesto por la iglesia y la colonia. Con pocas modificaciones, estos estereotipos se han mantenido hasta nuestros días y van a influir en lo que consideramos masculino o femenino hoy en día.

Prudencia Ayala, mujeres organizadas sindicalistas o artesanas, mujeres campesinas lucharon y participaron desafiando estos estereotipos de género y el poder dictatorial. En los 60s , 70s y 80s, las mujeres demostraron que la política no solo es cosa de hombres. Después de la guerra, algunas mujeres guerrilleras hicieron una lectura critica de su participación, poniendo el dedo en la llaga de la cultura machista y autoritaria en sus filas.

La violencia contra las mujeres entra en la agenda de organismos internacionales como ONU, OEA, OMS. Se realiza en 1994 la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la mujer. “Convención de Belem do Para”. En esta se expresa que ”la violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

¿Porque la violencia contra las mujeres?

A pesar de las acciones de las organizaciones de mujeres y feministas y del Estado, la violencia contra las mujeres se manifiesta con crudeza en los indicadores de feminicidio, violencia física, sexual, psicológica, etc.

¿Porqué la prevalencia de la violencia contra las mujeres? Porque existen relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres en la sociedad, tal como lo expresado la Teoría feminista y teóricos del Poder, como Michael Foucault. Estas relaciones desiguales se manifiestan en lo económico, lo político, lo social, lo sexual, lo cultural, lo jurídico. En este sentido, el hombre usa el poder como dominio, ejerciendo la violencia en forma de dominación y control ya sea hacia su pareja o hacia otras mujeres, a las cuales considera inferiores a lo masculino, el género masculino como categoría utiliza también el poder de los estereotipos, que mencionábamos antes, con sus variantes actuales para mantener el control de las mujeres.

MUJERES EN LAS REDES SOCIALES. GANANCIA Y PÉRDIDA PARA LAS MUJERES.

Redes sociales:
El término se viene usando desde el siglo XIX, por Emite Durkheim y  Ferdinand Tonnies. Tonnies argumentó que los grupos sociales pueden existir bien como lazos sociales personales y directos que vinculan a los individuos con aquellos con quienes comparten valores y creencias (gemeinschaft), o bien como vínculos sociales formales e instrumentales Durkheim aportó una explicación no individualista al hecho social, argumentando que los fenómenos sociales surgen cuando los individuos que interactúan constituyen una realidad que ya no puede explicarse en términos de los atributos de los actores individuales.

Redes Sociales utilizado ahora en la comunicación. Estas se refieren al conjunto de grupos, comunidades y organizaciones vinculados unos a otros a través de relaciones sociales. Esto fue el resultado de la convergencia de los medios, la economía política de los mismos y el desarrollo de tecnologías, teniendo como objetivo la interacción de dos o más canales. Wkp.
Redes Sociales, se visualiza hoy como plataformas como facebook, Instagram, Tinder, Twiter, entre otras. 

A nivel mundial, el uso de internet, ha promovido y ampliado las redes sociales al campo virtual. En El Salvador el 17.7% usa internet. Las mujeres tiene múltiples intereses en las redes sociales, las mujeres feministas encontramos en las redes sociales un apoyo, formas de gestión, comunicación, encuentro, educación. La denuncia de situaciones opresivas y conductas machistas ha hecho que millares de mujeres en Estados Unidos con el hastag “Me too” y “Yo también”, denuncian el acoso sexual del que fueron víctimas las actrices norteamericanas y ellas mismas. En México, después del feminicidio de la joven Lesbis, encontrada en el campus universitario, se popularizó la frase “Y si me matan”. En El Salvador la frase o hastag “Yo estoy por cuatro causales” (de despenalización del aborto) ha levantado revuelo en las conciencias a través de las redes. Existen estrategias de comunicación en las redes para visibilizar los feminicidios como el de Carla Ayala, policía asesinada por uno de sus compañeros, o la Dra. Rosa Maria Bonilla, asesinada por su pareja, y pedir justicia.

Así vemos en Centro América, Redes de mujeres que luchan contra la violencia, red de mujeres emprendedoras, por la participación política de las mujeres, contra la trata y el abuso infantil, por los Derechos Sexuales y Reproductivos, red de mujeres afro descendientes, lesbianas, indígenas. En fin deseos, utopías, objetivos, información diversa, educación, se comparten en le ciber espacio a través de redes abonando a lo que llama Pierre Levy, la “Inteligencia colectiva”, en términos de desarrollo humano.

Pero las redes sociales, pueden significar o contener amenazas, especialmente para poblaciones vulnerabilizadas como la población LGBTI, las mujeres, menores de edad, etc. Desde la visión de un poder superior de género masculino, de raza blanca, de orientación sexual heterosexual, de edad madura, se juzga, discrimina, estigmatiza y ataca a poblaciones vulnerabilizadas.

¿Que tipo de ataques sufrimos las mujeres en las redes sociales?

Ubicarse en las redes sociales virtuales es ubicarse en lo simbólico. De ahí que la definición de violencia simbólica, contendida en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las mujeres, sea la más adecuada para aclararnos. Esta es: “Mensajes, valores, iconos o signos que reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la sociedad”. ¿Qué es la misoginia? Según la Ley Especial Integral para una Vida libre de Violencia, son “Conductas de odio, implícitas o explícitas, contra todo lo relacionado con lo femenino tales como rechazo, aversión y desprecio contra las mujeres.” Violencia simbólica y misoginia se relacionan profundamente y se evidencian muchas veces en las redes sociales.

La violencia simbólica en las redes sociales se da "para colocar a la a la mujer de regreso al lugar subordinado de donde se ha emancipado" o simplemente por ser mujer, joven o adolescente, o por luchar por sus derechos.

La palabra feminazi, es utilizada generalmente por los hombres en la red, para desvirtuar cualquier noticia, post, o información sobre los derechos de las mujeres. Hay fan page, blogs, colectivos o individuales masculinos, que decididamente enfrentan, deslegitiman, descalifican los posicionamientos y análisis elaborados desde el feminismo, llamándonos exageradas, odiadoras de los hombres, castradoras, etc. para descalificar las denuncias de violencia o acoso sexual.

Otra forma son mensajes de acoso en la red hacia mujeres adolescentes o jóvenes, intrusión de individuos reales o ficticios en los perfiles de facebook, solicitando favores sexuales, o insultándolas con diversas palabras como puta, zorra, cualquiera, etc.

Filtrar imágenes de contenido sexual o de la intimidad de mujeres que en algún momento consintieron a esto y exponerlas cuando la relación ha terminado o es conflictiva, es una forma más de agresión que en algunos países de habla inglesa se llama Revange Porn: exponer al público sin el consentimiento explícito de la otra persona escenas sexuales o íntimas. Suplantar imágenes de las mujeres para incriminarlas en actos eróticos. Caso Felissa Cristales, diputada suplente de ARENA.

Mensajes agresivos contra las mujeres, las activistas de los Derechos Humanos y de las mujeres, para silenciar sus demandas y posicionamientos . Especialmente cuando estas demandas tienen que ver con la autonomía del cuerpo, como el derecho a decidir a abortar o la orientación sexual lésbica. Una investigación sobre violencia contra las mujeres, hecha en 2018 por Amnistía internacional de la red de Twiter expone que: " La violencia y los comportamientos abusivos que sufren muchas mujeres en Twitter menoscaban su derecho a expresarse en condiciones de igualdad y libertad y sin temor. Estas experiencias no sólo no contribuyen a fortalecer la voz de las mujeres, sino que las obligan a autocensurar sus mensajes y a limitar sus interacciones en Internet". Esta violencia y abuso se manifiesta en otras redes como Facebook, etc.

Mensajes contra las mujeres políticas, estos se triplican cuando las mujeres llegan a cargos importantes, según un estudio de Forbes. Hombres rivales de diferentes y de los mismos partidos políticos encargan memes que denigran, ridiculizan o deshumanizan a las mujeres. Manipulación de noticias o noticias falsas, fake news, colocando a las mujeres como centro de la crítica, ridiculizándolas o culpabilizándolas de algún evento. Difamar a las mujeres que ocupan cargos públicos, abordando aspectos familiares o íntimos para denigrarlas, a través de mensajes de troles contratados para ese efecto. Promoviendo reacciones negativas y descalificadoras.

Otra forma de misoginia y violencia simbólica es la promoción de estereotipos de cuerpo, cabello, belleza, raza, etc. en los post comerciales.

En El Salvador, existe La Ley especial contra los delitos informáticos y conexos, que contiene 36 artículos y delitos con penas desde 4 a 8 años de prisión. Hay una actuación policial débil en la persecución de estos delitos. Pero, mientras no desmontemos la cultura de desvalorización de la mujer y lo femenino, de violencia contra las mujeres y todo lo diferente, de supremacía de la heterosexualidad sobre otras formas de amar y relacionarse, mientras cotidianamente reproduzcamos la agresión y violencia en las redes sociales, mientras eduquemos a niñas y niños en los estereotipos de género, mientras reproduzcamos con nuestra pareja y familia, los privilegios de ser hombres en la sociedad salvadoreña; estos mensajes, valores, imágenes, que atentan contra la dignidad, la moral, reputación y hasta pueden llegar a afectar la integridad física de las mujeres, se seguirán formulando desde el anonimato de las redes.

Mientras no contemos con algoritmos que borren y manden por un tubo las ofensas y abusos inmediatamente que son escritos, la propuesta es fortalecer las redes reales de mujeres, de organizaciones sociales que luchan contra las diversas formas de opresión y a sea por la clase, el género, la orientación sexual, la raza. Deconstruyendo patrones de discriminación podremos avanzar hacia sociedades respetuosas de la diferencia, de los derechos humanos de todas y todos, para arribar finalmente a una cultura de paz.

BIBLIOGRAFIA.
  • Aguiñada Deras, Dinora “Una Mirada Feminista sobre la Participación de las mujeres en la guerra. El caso de El Salvador. Htttp://graduateinstitute.ch/files/live/sities/iheid/files/sites/fenre/shared/Genre docs/2888 Actes 2001/09-aguinada. pd.
  • Carcedo, Ana. Coordinadora. No olvidamos ni aceptamos: Feminicidio en Centroamérica 2002006
  • Durán Marroquín, Diana Carolina. Mujeres y violencia. Una aproximación a las acusadas en los juicios criminales de la provincia de Sonsonate (1785-1821). Pags. 23-75 SECULTURA y Grupo Parlamentario de Mujeres, San Salvador, 2013.
  • Federici Silvia. El Calibán y la Bruja. Traficantes de sueños. Madrid 2010.
  • Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres.
  • Navas, Candelaria. Sufragismo y Feminismo. Visibilizando el protagonismo de las mujeres salvadoreñas, El Salvador. 2012. Pag. 179.
  • Rodriguez, Olga. Análisis de las estrategias multitemáticas del movimiento de mujeres y feministas; Estrategias para la erradicación de la violencia contra las mujeres 1995-2006.
  • Movimiento de mujeres en El Salvador 1995-2006: Estrategias y miradas desde el feminismo. El Salvador, 2007.
  • Segato, Rita. Seminario sobre Feminicidios. 2009.
  • Situación del Feminicidio en El Salvador. Las Mélidas. 2009.
  • Páginas web varias.


1Federici, Silvia. El Calibán y la Bruja.
2Federici, Silvia. El Calibán y la Bruja.
3Idem.
4Duran Marroquín, Diana Carolina. Mujeres y violencia. Una aproximación a las acusadas a los juicios criminales de la provincia de Sonsonate (1785-1821). Pag. 66, SECULTURA y Grupo Parlamentario de Mujeres. San Salvador. 2013.
5Durán Marroquín, Diana Carolina. Mujeres y violencia. Una aproximación a las acusadas a los juicios criminales de la provincia de Sonsonate (1785-1821). Pag. 66, SECULTURA y Grupo Parlamentario de Mujeres. San Salvador. 2013.

viernes, 1 de marzo de 2019

MUJERES, DEMOCRACIA, FEMINISMO Y NUEVO ESCENARIO POLÍTICO


Marcela Lagarde expresa que Democracia y Feminismo son mutuamente necesarios.  Pero desde el inicio de la República y la democracia formal, la ciudadanía de las mujeres ha sido negada. Recordemos a una Olympia de Gauges que fue condenada a la Guillotina en 1793, después de proclamar sus Derechos de la Ciudadana. La república, la democracia y la ciudadanía eran pues solo masculinas.

En El Salvador, la lucha por la ciudadanía de las mujeres comenzó temprano del siglo XX. En 1922, una manifestación de mujeres que apoyaba al candidato Dr. Miguel Tomás Molina en contra del candidato de la dictadura Meléndez, fue reprimida. No se sabe el número de muertas, pero en el Cementerio de San Salvador, hay una placa en recuerdo a este hecho..

En 1930, la periodista empírica, poeta y feminista Prudencia Ayala, se autoproclama candidata a la presidencia de la república en las elecciones presidenciales. Su candidatura fue denegada por la Corte Superema de Justicia, ella continuó en su lucha feminista y centroamericanista hasta su muerte en 1936.

En 1950 se  instaura el voto universal. Por primera vez votaron las mujeres y fueron dos las primeras mujeres electas como diputadas en la Asamblea Legislativa en 1954. De ahí a la fecha, las mujeres han participado en los partidos políticos, siendo más concurrida esta participación a partir de los Acuerdos de Paz en 1992. Los Acuerdos de Paz dan inicio a una era en Democracia en el país. El número de mujeres electas ha sido mayor en 26 años de democracia  y paz que en 60 años de dictaduras civiles y militares y guerra.

La ciudadanía y la democracia para las mujeres son vivencias que implican tensión y contradicciones muy concretas. Las organizaciones de mujeres han luchado por incorporar sus demandas al imaginario y la práctica política de los partidos y de la sociedad, y en ese sentido democratizar la la sociedad. Pero el camino de muchas mujeres en los partidos políticos no ha sido fácil, sino lleno de obstáculos. Las mujeres en los partidos políticos no entran a competir en igualdad de condiciones con los hombres. Las mujeres son víctimas de violencia simbólica y política, muchas veces a través de las redes sociales. Las organizaciones de mujeres y feministas han sido cuestionadas y atacadas desde muchos frentes, incluyendo el religioso, cuando demandan su derecho a decidir a ser madres o no, es decir el derecho al aborto.

Los partidos actuales surgidos antes o después de 1992, unos más y otros menos, arrastran características autoritarias, patriarcales, clasistas y racistas. El movimiento y el partido que llevó a Nayib Bukele al gobierno en las elecciones presidenciales de febrero, no escapa a estas características. En su plataforma aparece el apartado “Mujeres” donde se expresan como promesas, una serie de demandas que vienen del Movimiento de mujeres y feminista. Las mujeres debemos estar atentas a que estas promesas se cumplan y a desenmascarar al gobierno electo si estas promesas solo quedan en palabras. Pero también no debemos olvidar demandas radicales como la despenalización del aborto, que no caben en ninguna agenda partidaria. Como sea, la lucha de las mujeres por nuestros derechos continúa más vigente que nunca, la unidad en la diversidad del movimiento es necesaria y urgente en el nuevo escenario que se avecina para que la democracia se fortalezca y el feminismo siga siendo un movimiento plural y crítico hacia el poder.
Silvia Ethel Matus

viernes, 28 de diciembre de 2018

¿QUE OFRECEN LAS PLATAFORMAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS A LAS MUJERES SALVADOREÑAS?



Hace 26 años y entusiasmadas por las primeras elecciones en democracia a la puerta del país y por forjar una democracia que las incluyera, ya que no se las había tomado en cuenta en Los Acuerdos de Paz, unas mil quinientas mujeres de distintas pertenencias, signos y colores   participamos en la elaboración de la Plataforma de las Mujeres Salvadoreñas, llamada “Plataforma Mujeres 94”. En 1994, se presenta esta Plataforma a los 7 partidos políticos en contienda para la presidencia, entre ellos ARENA y el FMLN. Diputaciones y alcaldías fueron también electas. El resultado de las elecciones presidenciales fue la continuidad de ARENA y la aplicación del modelo neoliberal.

De esa fecha al 2019, múltiples iniciativas de incidencia política se han desarrollado por parte de las organizaciones de mujeres y feministas, para que sus necesidades e intereses fueran incorporados en el quehacer político del Estado. Se han elaborado plataformas municipales, Políticas de equidad de género municipales, leyes nacionales a favor de la igualdad y una vida libre de violencia, acompañadas del activismo y la presión política. Algunos logros fundamentales han sido: La incidencia de las demandas de las mujeres hacia lo público incluyendo los 3 Poderes del Estado. Incidencia en Medios de Comunicación especialmente en temas como violencia, empoderamiento económico y despenalización del aborto. Algunos partidos políticos retoman demandas de las mujeres. Incidencia en la sociedad sensibilizando y concientizando sobre la igualdad y la no discriminación, una ley de partidos políticos que exige el 30% como mínimo de mujeres. Ante este avance mundial de las mujeres, se genera también a nivel local una ofensiva neo conservadora que actualmente enarbola la lucha contra la “Ideología de género y el matrimonio gay”, que pretende erradicar la educación no sexista, los avances en igualdad, el respeto y tolerancia a la diversidad sexual y mantener la absoluta penalización del aborto.

¿Pero que ofrecen los partidos políticos a las mujeres en las elecciones de 2019? El FMLN en su compromiso 13 propone: “Un Gobierno constituido por un 50% de mujeres y un 50% de hombres. Autonomía para las mujeres, Igual trabajo igual salario, acceso preferencial de la mujer a la propiedad, empoderamiento económico, social y político de las mujeres, especialmente las madres solteras. Ciudad mujer a todo el país. Atención infantil, Asistencia contra la violencia de género. Una Red interinstitucional e intersectorial equidad y justicia para las mujeres. Ampliando servicios que aseguren asistencia legal médica y sicológica y de resguardo temporal. Campaña justicia para las mujeres. Prevención del acoso y discriminación laboral, acoso sexual, acoso callejero, etc.”. Compromisos de fórmula con demandas de las mujeres en acto de 16-12-2018 
Mientras que ARENA, promueve en su programa, los Distritos Tech: 3 distritos Tech en los que “Se beneficiará a las mujeres”. En Infancia mil: “visitas domiciliares a embarazadas, niños y niñas de 0 a 3 años. Compartir con las familias herramientas de desarrollo infantil. Vinculado a los ECOS del Ministerio de Salud. Establecimiento de guarderías para el cuidado adecuado de los niños y niñas de 0 a 6 años en momentos que los padres y madres trabajen. Ampliar la cobertura de la educación pre-escolar para niños. Colonias en Paz: Fortalecimiento de la seguridad de las mujeres en el transporte público y de los mecanismos de denuncia”. La Vice presidenta se ha manifestado en contra de la violencia hacia las mujeres.
En el partido GANA: No se encontró mención o referencia específica hacia las mujeres. Excepto en considerar el aborto para las mujeres por razones de salud de la mujer, según su candidato. En el partido VAMOS no se encontró mención o referencia específica hacia las mujeres, excepto en la condena al aborto.
Podemos constatar, que, aunque priva siempre una visión familista en partidos como ARENA, y una posición penalizadora sobre el aborto. El FMLN, no tiene una postura clara a favor de la despenalización del mismo, pero ambos, intentan incorporar puntos que benefician a las mujeres, relacionados con la seguridad, el empoderamiento económico y los servicios en beneficio de la mitad de la población.

Las mujeres debemos conocer estas propuestas a la hora de votar, y no hacerlo sólo en base al ruido mediático de la campaña. Que tengan un satisfactorio año 2019.

Silvia Ethel Matus. Poeta y socióloga salvadoreña.