Los
efectos de la Pandemia del Covid-19 no son neutrales ni al sexo, al
género, la clase, la raza, ni a la edad, ya sea por sus efectos
físicos en la vida de las personas o por los efectos de las medidas
tomadas por los gobiernos en la vida de la gente.
Por
sus efectos físicos en nuestro país y en general a nivel mundial,
el Covid-19 ha afectado más a hombres que a mujeres. Las cifras son
evidentes: en El Salvador para esta fecha hay 2109 casos confirmados
de contagio, 715 de sexo mujeres, un 34%. En relación a los decesos,
la cifra oficial no muestra datos desagregados por sexo, pero se
mencionan 8 mujeres fallecidas hasta hace una semana.
La
afectación a personas por las medidas tomadas por el gobierno para
enfrentar la Pandemia como la reclusión obligada en Centros de
contención a población que regresó de un viaje o que ha roto la
cuarentena, afectan de manera desigual a mujeres y hombres. Las
mujeres muchas veces tienen familia que dependen de ellas, ya sea
hijxs o personas con discapacidad o muy ancianas que tienen que dejar
de atender por haber sido recluidas en esos centros.
Muchas
mujeres en la cuarentena han continuado haciendo el trabajo de
cuidados de la familia y el hogar que ya hacían antes de la
pandemia, ahora agravada con que tienen que hacer teletrabajo en casa
y no cuentan muchas veces con el apoyo de la pareja para los
quehaceres del cuidado, una mayor dificultad la encuentran los
hogares monomarentales.
En
las circunstancias de encierro, los distintos tipos de violencia
contra las mujeres pueden recrudecerse en los hogares, hasta llegar
al feminicidio. Entre el 7 de marzo y el 21 de mayo de este año, se
perpetraron 21 feminicidios según fuentes oficiales .
En
el campo laboral, las mujeres ocupan los lugares que el modelo
neoliberal les ha asignado, en trabajos precarios, con violación de
derechos laborales y en el sector informal sin acceso a ninguna
prestación social. El paro de labores obligatorio en la cuarentena,
ha afectado a millares de mujeres, que se quedan sin trabajo y sin
percibir salario durante meses. Los números pueden ser ilustrativos:
de las 64,000 personas empleadas en la maquila, el 62% son mujeres,
de las 4,000 personas que trabajan en Call Centers, un 39.6% son
mujeres (Mujeres y Mercado Laboral 2019, ORMUSA). Estas mujeres han
denunciado. en plena cuarentena, la falta de pago de salarios por
parte de sus empleadores. Otro sector afectado es el informal,
comercios, restaurantes y hospedajes, muchas veces dirigidos por
mujeres.
Enfrentar
las desigualdades sociales y de género es una tarea crucial en la
pandemia y post pandemia Urge que se aborde y de respuesta a las
mujeres que demandan pago de sus salarios de parte de sus
empleadores, necesitamos que las mujeres confinadas en Centros de
contención regresen a sus hogares a cumplir la cuarentena, que los
hogares jefeados por mujeres sean abastecidos con canastas básicas,
que se prevenga la violencia contra las mujeres en los centros de
contención y población y se brinde la información necesaria para
su atención. Que hagamos propuestas para que lo que vemos hoy y lo
que viene después, no sea más de lo mismo: una reproducción de la
discriminación por clase y por género entre otras. Soñamos en un
horizonte distinto de plenitud y dignidad para las mujeres y para
todxs. Movilizemos las conciencias.
Silvia
Ethel Matus
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