Las mujeres jóvenes son víctimas de abuso sexual y todo tipo de violencia, muchos feminicidios
se cometen contra ellas. Muchas adolescentes y jóvenes son madres sin desearlo.
Las mujeres jóvenes están bombardeadas por los medios que promueven un
estereotipo de mujer y de familia, que nada tiene que ver con la realidad. Por
estas razones, las mujeres jóvenes se están organizando. Pero…¿Cómo percibe el
Movimiento de Mujeres y feminista, este sujeto emergente que sale de sus
entrañas?
En una investigación sobre los liderazgos de mujeres
feministas, realizada en El Salvador, el tema del Adultismo en el Movimiento de Mujeres y feminista, aparece como uno
de los nudos que se expresan en el Movimiento. El Adultismo se manifiesta
en el Movimiento de Mujeres de diversas maneras, una feminista expresa que el
liderazgo en el Movimiento de mujeres es: Conservador, en donde se han
anquilosado mujeres que ya deberían dejar esos cargos, para dar oportunidad a
otros liderazgos jóvenes…es un liderazgo atrasado, me estoy refiriendo a
concepciones de la dinámica social porque es necesario que las mujeres mismas
sepamos ubicarnos en los momentos de la historia…Es un liderazgo que no
promueve nuevos liderazgos y más se concentra en el manejo centralizado de
recursos.
Las mujeres jóvenes
viven una realidad, donde son poco comprendidas y valoradas:
Una feminista joven de 26 años señala que las jóvenes
encuentran muchos obstáculos: a) Hay una total discriminación por ser
joven...también esa cultura de creer que las jóvenes (cuando salen a
talleres) van a buscar novio y eso es un reto para las mamás y papás.
b) El apoyo de la cooperación no se da directamente a grupos de
jóvenes pues quieren que estemos legalmente constituidas. c) Se
cree en las organizaciones de mujeres adultas que las jóvenes se gastan
el pisto, son irresponsables, son violentas, agresivas, feministas radicales,
siempre te ven como-te vamos a dejar en prueba- y está el ojo vigilante. d) Las jóvenes lesbianas también se sienten
discriminadas: porque nos gusta otra mujer, vivimos un ataque bien directo
de la sociedad, una doble discriminación.
Las jóvenes han
formado sus espacios de encuentro y expresan que: He valorado el trabajo que
cada una de nosotras hace dentro de la colectiva y como se trata de trabajar
con cada una de las chicas y he aprendido a valorar eso. Otras expresiones
son: Aprendí a trabajar en equipo, a no ver a mis compañeras como mi competencia,
sino como mis aliadas, quitarme eso de la envidia, egoísmo y de ahí he
aprendido a desmontar lo que me enseñaron que es ser mujer. Yo antes…era una
persona callada y dejaba que mis hermanos me humillasen. Aprendí a expresarme
sin necesidad de gritar, ni faltar al respeto a ninguna, aprender a escucharlas
y conocer las historias de cada una, sin necesidad de ser criticada.
Las mujeres jóvenes están claras de su importancia
según lo expresa esta joven feminista que dice: Las mujeres adultas deben entender que hay
nuevas posibilidades de hacer lucha, que el poder no lo es todo
porque nosotras también hacemos cosas que nos dan poder… las jóvenes también nos
sentimos indispensables e indispensables porque si yo no estoy hay otras y las
adultas en ocasiones se creen indispensables para todo para una institución o
movimiento.
Un ambiente inclusivo, de cooperación y diálogo entre pares,
se hace necesario entre feministas adultas del siglo XX y las feministas jóvenes
del siglo XXI, así el feminismo se fortalecerá y continuará en otros cauces y
formas que nos permitan avanzar hacia la autonomía y la libertad de todas.