Carmen,
médica, tiene la huella de una mordida en su muñeca. La mordida se
la hizo su hijo autista a quien tiene que atender después de la
consulta médica en un Centro de salud. Jenifer, joven enfermera, que
forma parte del equipo que asiste a casos de COVID-19 en el hospital,
teme que al llegar a su casa pueda infectar a su esposo e hijxs.
Estas mujeres son de las muchas protagonistas silenciosas en la lucha
por la salud y la vida durante la pandemia. Sin embargo, en las
plataformas virtuales como Facebook, Twitter, etc. la imagen de la
lucha contra la pandemia de COVID-19 es la de un médico (hombre)
cargando el mundo a sus espaldas. Usualmente los medios de
comunicación se refieren a quienes cuidan directamente a las y los
enfermos de COVID-19, como el personal de “primera línea de
médicos y enfermeras”. Ellos como Don Quijote con su Lanza en
ristre contra el virus. Ellos protagónicos, ellas como apoyo. Así
las mujeres, en una coyuntura tan importante como la pandemia del
COVID-19 somos invisibilizadas en los símbolos y el lenguaje, a
pesar de tener una largo camino recorrido en la salud, que parte de
las antiguas chamanas y diosas de la curación. Y a pesar que
actualmente somos las que asistimos, junto a los hombres a las y los
enfermos de COVID-19 en todos sus estadios; como médicas,
enfermeras, anestesistas, en la limpieza, amén de la importancia de
las psicólogas, las educadoras de la salud, que tienen un papel
decisivo en la prevención y contención de la pandemia, y que no se
no consideran visibles a la hora de la representación.
Las
mujeres existimos en todas las áreas de la vida social y ¿cual es
la realidad en nuestro país en relación a la presencia de mujeres
en las carreras de la salud?. Según datos del Registro Nacional de
las Personas Naturales, un 72% del personal de salud son mujeres un
28% son hombres. La rama de salud que tiene que ver con los cuidados,
igual que la de educación, es mayoritariamente femenina. Visto en
detalle por ejemplo en la profesión de enfermería el 91.26% son
mujeres, el 8.74% son hombres. En la profesión de medicina un 52%
son médicos y un 48% son médicas. En las otras carreras como
laboratorio clínico, sicología, educador/a de la salud, la mayoría
son mujeres. Podríamos decir que en la rama de salud hay una
segregación horizontal considerando que existe una enorme base
femenina que realiza de muchas maneras el trabajo de cuidados en
salud, y muchas veces percibiendo pobres remuneraciones. Según la
DIGESTYC, las mujeres ganan $53.00 menos que los hombres.
En
relación a los puestos de toma de decisión en la Salud pública,
tenemos que en el Ministerio de Salud hay una viceministra de los
tres funcionarios directivos. Un 23,33% de los hospitales de MINSAL
está jefeado por mujeres, un 76.67% está dirigido por hombres, aquí
hay una segregación vertical, en el sentido en que mas hombres que
mujeres se ubican en el lugar de la toma de decisiones y posiblemente
perciben mejores salarios. Esta relación desfavorable a las mujeres,
se revierte claramente en la Dirección del Sistema Nacional
Integrado de Salud, SNIS, conformado por instituciones del sector
salud como el Ministerio de Salud, el Comando de Sanidad Militar, El
Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial, el Instituto
Salvadoreño del Seguro Social -ISSS-, FOSALUD, El Instituto
Salvadoreño de Rehabilitación Integral -ISRI y, el Sistema Nacional
de Emergencias, aquí encontramos dirigiendo a 4 mujeres y tres
hombres.
La
participación de las mujeres en lo relacionado a la salud no debe
ser invisibilizada, pues tiene una importancia cuantitativa y
cualitativa. Los mejores resultados en cuanto al manejo de la
pandemia que se traduce en menor número de infectados y menor número
de muertxs por COVID-19, están en algunos países dirigidos por
mujeres, tales como: Alemania, Finlandia, Taiwan, Nueva Zelanda,
Noruega, Islandia y Dinamarca. ¿Cambiará en los próximos años el
imaginario sexista de la representación y las mujeres podremos
aparecer a la par de los hombres en los desafíos que están por
venir?. Esperemos que sí, la lucha continúa.
Silvia
Ethel Matus.